El mundo financiero está experimentando un cambio de paradigma como resultado de una creciente convergencia entre las disruptivas y ya normalizadas fintech, y las instituciones de la banca tradicional. Esta transformación no solo está redefiniendo la experiencia financiera; también está abriendo las puertas a una oportunidad inédita para solidificar una relación complementaria entre estos dos tipos de entidades financieras y a su vez expandir el acceso a la digitalización de la banca.
Según la Asociación Bancaria de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), se ha trazado un panorama sorprendente entre la relación de las fintech y la banca tradicional en Colombia. El sector bancario tradicional no solo ha sobrevivido al avance fintech, sino que ha abrazado la innovación y la agilidad que estas startups tecnológicas han traído consigo.
Actualmente, hay un total de 29 entidades bancarias activas en el país, lo que representa la cifra más alta en las últimas dos décadas. Un estudio realizado por la entidad concluye que el sistema financiero colombiano tiene un nivel saludable en términos de competencia dentro del sistema bancario, incluso por encima de países como Reino Unido, Francia y Japón, que están entre las economías más sólidas del mundo.
Por otra parte, datos de Colombia Fintech revelan un crecimiento paulatino pero robusto en el mercado de startups financieras. Con más de 300 empresas fintech en Colombia, estas entidades han generado más de 9 mil empleos y han logrado ventas superiores a los $3 billones anuales. Esta sinergia entre fintech y banca tradicional ha permitido una colaboración fructífera que va más allá de lo esperado.
Este fenómeno también se extiende por toda Latinoamérica, donde la industria de las tecnologías financieras continúa en ascenso. Creciendo a un promedio anual del 40%, el negocio de las fintech en la región está atrayendo cada vez más inversión privada para impulsar la creación de nuevos productos y servicios. De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hacia finales de 2021 América Latina albergaba 2,482 empresas fintech, más del doble de las contabilizadas en 2018.
Dentro de este momentum de innovación, Colombia se destaca como líder regional. Con 279 empresas fintech registradas al 2021, el país se ubicó como el tercer mayor mercado en la región, superado solo por Brasil y México. Esta posición privilegiada señala el impacto que las fintech y la banca tradicional están teniendo en conjunto, forjando un camino hacia la inclusión financiera y la transformación digital.
De acuerdo con Daniel Materón, CEO de RapiCredit, «la alianza entre RapiCredit y diferentes entidades financieras es otra muestra del enfoque en los procesos de educación financiera, un compromiso social en el cual la empresa está apostando de manera enérgica. A medida que estos dos mundos convergen, la inclusión financiera se convierte en un objetivo compartido de muchos actores e industrias. El acceso a distintas soluciones tecnológicas y a la experiencia bancaria tradicional se traduce en un proceso formativo que empodera a los usuarios, generando un arrastre o impacto positivo a sus negocios».
La influencia del COVID-19 ha sido un catalizador clave para la evolución del panorama financiero en Colombia. La respuesta de las entidades bancarias para dinamizar sus sistemas de pagos y servicios en tiempos de incertidumbre ha sido crucial. Según los registros de Asobancaria, aproximadamente $320.112 millones de pesos fueron invertidos en investigación, desarrollo e innovación en medio de la pandemia, además de un promedio de 70.151 horas dedicadas a temas de innovación.
Los datos también revelan un cambio acelerado hacia la adopción de tecnologías de pago sin contacto, que en menos de un año pasaron de abarcar el 17% al 37% del total de las transacciones realizadas en el país. Esta adaptación resalta la resiliencia del sector financiero y su capacidad de transformación en respuesta a desafíos inesperados.
El caso de RapiCredit y su alianza con Banco de Occidente e Iris Bank ilustra el poder de esta colaboración entre fintech y banca tradicional. RapiCredit, la fintech paisa de préstamos digitales en ascenso, recibió dos préstamos de 4 mil millones de pesos por parte del Banco de Occidente y 3 mil millones de pesos de Iris Bank. Esta alianza refuerza la noción de que estas dos fuerzas aparentemente opuestas pueden trabajar juntas para generar valor al usuario y sus negocios.
En un principio, la relación entre compañías fintech, plataformas de préstamos digitales y entidades bancarias tradicionales no solo tratan cuestiones de financiamiento, sino que también buscan poder fomentar la innovación y la confianza.
Estos préstamos tienen una duración inicial de tres años en ambos casos, señalando un compromiso de estas entidades a largo plazo. Además, de forma complementaria, está la innegable validación y legitimidad que la banca tradicional otorga a RapiCredit, demostrando la confianza no solo en el modelo de negocio de esta empresa, sino en la calidad de su servicio.
La unión hace la fuerza, y los lazos emergentes entre las fintech y la banca tradicional son una lección en adaptabilidad y colaboración. Esta nueva dinámica enriquece la educación financiera y la experiencia del usuario, y abre puertas a la optimización de procesos y una digitalización inédita en la banca.
El futuro financiero se presenta prometedor, con un escenario donde la tecnología y la tradición convergen en una sinfonía de innovación y progreso.